Quién Soy
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo asuma tú también habrás de asumir,
pues cada átomo mío es también tuyo.
Vago al azar e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo sobre la tierra,
para contemplar un tallo de hierba.
Walt Whitman

Fotografía: Fernando Sendra
Nací en Cáceres, Extremadura, un 27 de junio de 1972. En 1995 me trasladé a Sevilla, ciudad que me acogió con los brazos abiertos. Desde entonces aquí vivo y trabajo.
Hablar sobre uno mismo nunca resulta sencillo, pero os puedo contar algunas cosas que me describen, como por ejemplo el amor y el respeto que siento hacia la naturaleza. Supongo que por haber crecido en un campo rodeado de olivos, encinas y almendros, donde además se cultivaba trigo y cebada. Por allí pastaban vacas y ovejas. Por supuesto cerca de la casa, perros y gatos no faltaban.

Si echo la vista atrás me recuerdo en bici, con nueve o diez años, pedaleando por carriles de tierra para llegar a una charca que estaba escondida en medio de una arboleda entre zarzamoras, madroños y membrillos. Esa charca fue para mí la mejor escuela de arte, conocimiento y consciencia. Allí aprendí que no hay nada separado. Que la rana necesita del insecto y el insecto de la flor; a su vez la flor del insecto y el insecto de la rana, y todos a su vez de la luz, el aire, el agua y la tierra. La conexión de todas las cosas y todos los seres se evidenció de forma nítida y precisa. Tuve un despertar espontáneo donde yo también era parte de este tapiz tejido por manos invisibles; ahora lo sé.


Allí me percaté de que la acción más valiosa era la de observar silenciosamente, contemplar de manera pacífica, no solo lo que ocurría en la charca, sino también dentro de mí. Supongo que así se gestó mi pulsión poética, creativa e indagadora, y mi anhelo de acompañar a otros en sus procesos personales desde el respeto ante su propia idiosincrasia.
Si echo otro vistazo a mi pasado, puedo verme tallando o escribiendo sobre una piedra el nombre de mis hermanas, de mis primas o tías, o de algún otro ser querido. A esa caligrafía rupestre luego le añadía algún motivo decorativo con lápices de colores. Algunos familiares aún conservan estas piedras, como si fueran piezas de arte o talismanes. Cuando voy a sus casas y las veo encima de una mesa o una vitrina, el amor sentido en aquel entonces se multiplica, haciendo estremecer todo mi cuerpo para regocijo de mi Alma. No sé si saben lo mucho que aprecio que las hayan conservado.

Sigo dibujando desde ese lugar infantil tan puro, donde espero que al otro le llegue algo de la belleza que antaño me invadió y que a día de hoy me sigue atravesando. Ha llovido mucho desde todo esto que os cuento para que podáis haceros una idea de mi sentir más básico y así me conozcáis un poco mejor. Y pareciera que todo fue perfecto, una infancia idílica, pero no. Con el paso del tiempo y las experiencias que trae consigo estar vivo, tuve que ir incorporando todo aquello que por destino nos llega de forma inexorable: la sombra.


Como a todo el mundo también me pasaron cosas desagradables, difíciles, complejas. Podría contaros episodios no tan bonitos, episodios de dolor, de fracasos, de angustia, de miedo, de auténtico terror y pánico. Los tengo de todos los colores, sabores y formas. Y así se fue configurando una obra donde lo tierno y lo punzante han de convivir en un mismo espacio. De ahí, sospecho, que mi trabajo se perciba dual, porque habla del equilibrio de dos partes que a priori, parecen antagónicas. Luz y sombra. Blando y duro. Feo y bonito. Áspero y suave. Apetecible y repugnante. En realidad todo está unido siempre, la dualidad es solo apariencia.
Mi vida ha sido una noria, un torbellino sinfín de aventuras y retos, y todos ellos me han configurado y provisto de herramientas muy poderosas que espero poder compartir con todos vosotros para que cumplamos nuestro propósito, que no es otro que el despliegue de nuestra consciencia para vivir más ligeros y en armonía.


Actualmente me dedico a investigar las posibilidades del mundo plástico dentro de un paradigma eminentemente poético y metafísico, enlazando a mis imágenes textos que abran puertas de reflexión personal, rozando en muchos casos la autoindagación advaita.
El intento de mi obra es hacer de ella una catapulta que impulse al espectador hacia su propia observación y substancia de la realidad. La materialización/desmaterializacion del arte como puerta de acceso hacia la experiencia creativa del Ser.

Mi vocación como artista y poeta, la conjugo con la labor pedagógica y didáctica a la que me dedico desde el 2005, impartiendo charlas y talleres sobre la expansión de la creatividad y la consciencia, utilizando el mundo de los símbolos y los arquetipos, ya sea desde el Arte, la Astrología, y la representación fenomenológica y sistémica de las Nuevas Constelaciones Familiares o Cuánticas.
Si sientes que puedo ofrecerte alguna cosa, acompañarte de algún modo, o ayudarte de alguna forma, aquí me tienes. Estoy a tu entera disposición. Y por favor, no te cortes en preguntarme lo que sea, si tienes cualquier duda te responderé gustosamente y lo antes posible.

Testimonios
Algunas opiniones de las personas con las que he tenido el placer de trabajar

No soy yo quien dibuja
Este libro no es un poemario, ni un catálogo de dibujos. No hay que leerlo de principio a fin porque no tiene una trama lineal. Este libro, es de esos libros que puedes abrirlo por la página que quieras y ahí, justo ahí, encontrarás lo que necesitas leer ahora. Es un libro fractal que no se termina nunca porque sus significados crecen con tu mirada, la cual se actualiza a cada instante. Si “No soy yo quien dibuja”, ¿quién entonces? Aquel que lo sostenga entre sus manos o en su regazo.
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