El problema entre tú y yo fue el “entre”. Ese espacio sin puente que nos separó por un caudal cuya erosión distanciaba nuestras orillas. Un “entre” donde pescábamos, bebíamos y nos bañábamos, pero un “entre” al fin y al cabo.
Recuerdo que al principio era fácil tirarnos piedras con mensajes escritos. La distancia no era tanta pero nuestra fuerza sí. Algunas piedras nos golpearon haciéndonos heridas, otras, la mayoría, llegaban y volvían con corazones dibujados.
Más tarde ya no conseguíamos alcanzarnos, quedándose cada piedra a medio camino, justo en ese “entre” maldito, hundiéndose.
Nunca desistimos y seguíamos intentándolo, con piedras más pequeñas, haciéndolas rebotar en la superficie, pero ni aún así. Se hundían.
Hoy quizás estemos más alejados que nunca, el “entre” creció, sin embargo hay una pequeña isla emergiendo, formada por cada una de las piedras enviadas que no llegaron.
Ahora estoy construyendo una barca, y sueño con que él esté haciendo lo mismo.
–
Felipe Ortega Regalado
De la serie “Criptografías”
Acrílico sobre lienzo
2009