El mecanismo lunar es la repetición regresiva de una matriz imaginaria de seguridad. Aquella cualidad que sirvió como protección y nido afectivo en la infancia, simplemente ya no cumple esa función, porque las condiciones han cambiado. Sin embargo, la inercia del hábito imagina su repetición y recorta la realidad para convencerse de que ese escenario aún es posible. Por eso, es falsa la seguridad que su perpetuación ofrece y de esta ilusión surgen innumerables conflictos de destino; de cualquier manera, esto se produce en nosotros, en forma casi inevitable.
Es todo un aprendizaje disolver la autonomía de la memoria lunar que se proyecta inconscientemente sobre el mundo, para poder vivir en forma integrada las cualidades de nuestra Luna.
Del libro “LAS LUNAS. El refugio de la memoria”. Eugenio Carutti.
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Luna Natal en Aries
Si tu Luna está en Aries y eres mujer, tu madre seguramente incentivó tu independencia e individualidad. Pero puedes haber heredado un arquetipo defensivo ante lo femenino, y que tu comportamiento esté un tanto “masculinizado”, es decir, tenderás a la acción rápida y poco pensada. Esto, en el terreno afectivo o emocional, traerá consecuencias, porque ahondar y profundizar, a esta Luna le cuesta, ya que quiere solucionarlo todo rápidamente, sin darse tiempo para lo complejo, quedándose así partes que no verá, precisamente por la urgencia que ha “mamado”.
Si eres hombre, percibirás a lo femenino como intimidante, ya que tu madre ejercita un tremendo control sobre tu vida, intentando dominarte y desposeerte de tu propio poder. En cualquier caso, si esta es tu Luna, la relación con lo materno incluyó, (y no solo hablo de la mujer que te parió, sino todo lo manifiestamente maternal que hubo en tu infancia: colegio, familia, entorno…), a la impulsividad, a lo enérgico, a las tomas rápidas de decisiones sin contar contigo, a la actividad casi frenética, al dinamismo.
Es muy posible que tu madre biológica o la que te educó y cuidó, fuera muy mandona, tanto que no había tiempo para poder ser tú. Este mecanismo, que no es otro que nuestra propia esencia materializada en nuestro entorno, repercutirá más tarde en la manera que tendremos de relacionarnos, y por lo tanto, cuando esta Luna en Aries busque seguridad, la encontrará en la actividad física, no en los brazos y en las caricias, sino en lo dinámico e impulsivo.
Luna Natal en Tauro
Esta Luna en Tauro nos habla de la importancia de todo lo material. El cuerpo, la comida, el dinero, será pues, determinantes a la hora de entender su mecanismo emocional. La madre, o quien haya sustentado el rol materno, de un nativo con la Luna en Tauro, agasajará, regalará, abrazará, se preocupará en exceso por las necesidades vitales básicas de su hija o hijo. Hará todo lo posible para que no le falte lo necesario para vivir. Esta madre, en ocasiones, puede saturar precisamente con lo material, ya sea abrazando en exceso, cocinando en exceso, trayendo regalos o cualquier cosa que pueda ser de utilidad o ella crea que le falta a su hijo a la hora de vivir de manera segura y confortable.
No hay nada más importante para esta Luna que atesorar y guardar provisiones. Supervisar si todo está en orden y hay lo suficiente para ahora y para luego. Quizás no se trate tanto de la cantidad, aunque esto también puede estar implícito, pero lo que más asegurará será que haya materialidad -comida-, que haya afecto -vínculo de cercanía o proximidad-, y que haya confort -casa-.
El énfasis estará sobretodo en el punto de abastecer, a ciencia cierta, que lo básico para la vida está y estará asegurado. Este mecanismo lunar tiene su sombra, como todas las demás Lunas, aunque es dentro de lo que cabe, la menos conflictiva de las Lunas. Ya que aquí en Tauro ella se siente exaltada y muy confortable. Su agua está en una tierra que quiere ser nutrida. Y no hay nada más materno que dar seguridad nutricia. Su sombra radicará en el miedo al no tener, no tener: salud, comida, dinero, casa. Por lo tanto todo lo que conlleve “cambio” será una amenaza, una alarma para esta Luna. Ya que si algo se sale de la norma habitual, deberá emplearse muy a fondo en cubrir de nuevo las necesidades básicas para ese nuevo espacio.
Luna Natal en Géminis
La afectividad de la Luna en Géminis se dará a través de la palabra y el intelecto. Así pues el niño nace en un contexto donde se le va a premiar con afecto si es rápido mentalmente; donde estar informado será sinónimo de “te quiero”, y donde el conocimiento variado le otorgará seguridad.
No hay nada más peligroso para alguien con la Luna en Géminis que no saber algo; en seguida se pondrá manos a la obra para ilustrarse, pero no en profundidad, le bastará con saber algo de manera somera, y mucho mejor si este conocimiento se ramifica hacia otros temas. Porque sentirá mucha satisfacción en la unión de los mundos que, en apariencia, estaban separados.
Así pues llegar a la unión de los diferentes conocimientos de diferentes temas, le aportará esa seguridad tan perseguida. Igualmente sucederá en esta persecución del afecto a través del conocimiento y la verbalización, cuando sea capaz de hacer varias cosas a la vez. Esta cualidad será muy reforzada en su entorno, muy aplaudida; así será visto y creerá que lo aman.
Los hermanos, y si no existen, los vecinos, los primos… serán de vital importancia para esta Luna. Igualmente la movilidad física, el ir de aquí para allá, el estar con unos y con otros, será algo donde encuentre confort y placer. Encontrándose como en casa en la casa de los otros: amigos, vecinos, primos… o trayendo él a su casa a los demás. El caso es que haya movimiento y raudales de interacciones diferentes.
Los libros, los papeles, todo lo que conlleve letras, contenido intelectual… serán objetos de los que se rodeará desde la cuna. Es posible que el padre o la madre sean maestros, periodistas… viajantes… también electricistas…
El mecanismo de esta Luna en Géminis nos señala que cuando el nativo busque seguridad o afecto la encontrará en el mundo racional, intelectual, en el movimiento hacia el saber, restando energía a lo emocional.
La intensidad emocional es algo que da pavor a esta Luna, y querrán huir de estas oleadas a través de la comprensión o de la multitarea. Sentir, llanamente, el momento presente, de manera desnuda, para ellos, es algo realmente complicado y pavoroso. Necesitan la multiplicidad, el movimiento, la comprensión, la racionalización, para sentirse a salvo. Y necesitan expresarlo para asegurarse que los demás pueden amarlos, porque saben, conocen, pero no porque simplemente Sean.
Cuando algo no puede alcanzarse con la palabra o la mente, cuando algo no es inteligible huirán, más que nada porque esa es la lección que les toca: comprender desde el sentir el silencio de lo que Son.
Luna Natal en Cáncer
No hay nada más peligroso para alguien con la Luna en Cáncer que expresar su mundo interior. Esta Luna prefiere quedarse todo el tiempo que le sea posible dentro del vientre materno. Y aunque la criatura ya haya sido parida, esta fantaseará con un mundo idealizado en el que piensa que cuando sea grande hará muchas cosas, pero eso será luego, siempre es luego. Porque el mundo exterior le parece del todo una amenaza para su propia integridad, basada en lo nutricio porque sí. Buscarse la vida es todo un reto. Madurar será algo tedioso y peligroso.
Si tienes esta Luna, puede ser que creas que siempre habrá alguien que te cuide, que vea en ti a alguien vulnerable al que hay que favorecer de alguna u otra manera.
Este mecanismo lunar hace que la persona se quede encerrada en sí misma, o con poquísimos vínculos, como aislada en un oasis lleno de fantasías. Mostrará entonces al mundo su lado más duro y reservará su vulnerabilidad solo a su pequeño círculo de confianza.
En el terreno laboral puede ocurrirle algo a esta Luna; y es que crea que cuando trabaja también está en familia. Con lo cual, cuando el jefe se relaciona solo a nivel laboral sin tener en cuenta las emociones subyacentes de esta Luna, esta se sentirá dañada u ofendida. La suspicacia es una de las grandes heridas que sostiene, precisamente porque ella cree que su estado interno ha de ser visible para todos, y que todos han de procurarle esa cercanía que ella idealiza desde la infancia, como cuando la madre sabía si había hambre, sed, o frío… y entonces aparecía un bocadillo, un vaso de agua o una chaqueta, así como por arte de magia.
La tendencia es permanecer en una especie de estatismo donde se preguntan ¿Qué haré cuando sea grande? Ya sea que tengan 40 años. Vivirán la fantasía de confrontar al mundo de manera realista. Caerán una y otra vez en un mecanismo de fantasías grandilocuentes donde sueñan vivir fuera del útero o brazos maternos. Aunque esto no llegue a suceder jamás. (Los brazos pueden ser de todo aquel que haga la función materna).
El contagio de lo afectivo en todos los ámbitos de su vida le traerá dificultades a la hora de poder apreciar sutilezas en cada contexto particular. Deberá hacer un gran esfuerzo y no siempre lo conseguirá. Esta Luna no puede ver otra cosa que analogías familiares en los demás paradigmas.
Pero no todo es complicado para esta Luna. Su gran virtud es poder acompañar a los demás en sus momentos difíciles. Porque son muy contenedoras de afecto y pueden dar esa calma que se necesita en muchos momentos de gran sufrimiento o dolor. Ellas son capaces, sin hacer prácticamente nada, de otorgar la paz que hace falta, la estabilidad y la confianza perdida. Su vibración es altamente cercana y afectiva, aunque sea dentro de un marco lleno de fantasías e idealizaciones futuras que no suelen llegar.
Estas Lunas, cuando se arriesgan a confrontar la realidad, pueden llegar a considerar al mundo como a una madre. Y este sería el gran paso a dar. Ahí perderían todo el miedo de golpe.
Luna Natal en Leo
Cuando el niño o la niña va creciendo y se disipa el natural protagonismo de los nacidos bajo los efluvios de esta Luna en Leo, el sentimiento de abandono puede ser colosal.
Sucede que cesan los privilegios que los padres, tíos, abuelos, cuidadores… le otorgaban al sujeto por el mero hecho de haber nacido. El cese puede ser por la llegada de otro hermano, o por cualquier otro suceso que le roba la atención, catapultando al niño a una desorientación emocional.
El nacimiento de esta criatura fue muy esperado, y no hacía falta que hiciera nada extraordinario para ser tomado como alguien especial. Se le premió simplemente por Ser, por existir. Así pues, algo tan natural para esta Luna como era ser visto, pasa a ser luego un martirio; justo cuando esa mirada es retirada. Llega el momento de no entender qué sucede, qué fue lo que perdió, qué es lo que hace mal y antes bien… ¿Por qué ahora ya no me miran? ¿Por qué ahora paso desapercibido?
Entonces, lo que viven es parecido a un destierro, o lo que es aún peor, la invisibilidad. Cuando son destronados de esa cima tan visible que supuso su nacimiento y los primeros años de su vida, se estableció la asociación de afecto y seguridad con valoración y adoración. Luego todo eso se esfuma y surge el drama del abandono y la confusión de no hallar la manera de volver a ser el centro de atención.
Esto le hará fluctuar entre dos extremos: sintiendo todo su orgullo y fortaleza; y sintiendo toda su vulnerabilidad y fragilidad.
La diferencia entre el Sol en Leo y la Luna en Leo, radica en que para el Sol sí es posible hacer algo para protagonizar el momento, pero para la Luna esto debería darse de forma natural y sin esfuerzo, pero hacerlo sería bajar del pedestal donde han estado viviendo. Cuando tienen que examinarse o esforzarse para llegar a algún punto, manifestarán que no es justo todo lo que tienen que hacer para conseguir las cosas.
Eugenio Carutti, nos dice en su libro “Las Lunas Refugio de la memoria” que -el talento auténtico de esta Luna en Leo es la capacidad de expresarse desde lo profundo del corazón, contagiando a los demás con su entusiasmo y vitalidad-.
Al haber sido una criatura tan esperada y admirada sin hacer ningún esfuerzo, el carácter “principesco” se le marcará a fuego, haciéndole creer, una vez llega la invisibilidad, que los demás son unos torpes plebeyos que no se enteran de lo que esta Luna vale, de quién es ella. Esto es muy irritante para los que con esta Luna se relacionan, ya que lo que ven es a una persona asustada que no admite su inseguridad y miedo, y si lo hace, es para volver a existir como alguien especial.
La trampa inconsciente donde cae esta Luna es el orgullo, y no será fácil para ella muchas veces poder entender su propio comportamiento, lleno de desdén hacia todos los que no la miran y admiran, para que su existencia sea reconocida con fascinación.
Luna Natal en Virgo
Si tu Luna está en Virgo, para ti será mucho más importante servir que expresarte. (Si la Luna está en Casa 3, esto se viviría como una servidumbre expandida hacia la comunicación, es decir, informar para que lo dicho sea de utilidad).
Este niño o niña nacerá en un ambiente donde el trabajo, la salud, la eficiencia, la higiene, estén más que marcados en su contexto de crianza y educación. Así se gesta su mecanismo emocional para lograr afecto y seguridad, solo si hace lo que tiene que hacer le querrán: la habitación arreglada, el cuerpo limpio… La madre o quienes hagan de ella, mostrarán mucho énfasis y cercanía cuando la criatura se comporte bajo estos preceptos.
La exigencia viene dada desde la cuna, y la criatura sabrá que no puede ser espontáneo ni tener descargas emocionales; se autorregulará desde el orden “impuesto”. La equivocación o el error por tanto, serán el infierno. Explorar el mundo queda relegado, y los miedos a Ser lo que se Es, vetado. Hay que ser como me han dicho que hay que ser, y ser dentro de este orden, dentro de esta limpieza, dentro de este método. Si me salgo me pierdo, me desordeno, y así dejarán de amarme.
Es muy posible que este sujeto lo cuide alguien que lo utilizará para ordenarse a sí mismo. Que hable al niño como si fuera un adulto cuando aún no está preparado por ejemplo, para dar consejo. Mientras tanto este niño, crecerá pensando en no interrumpir o desordenar el mundo del adulto que lo cuida. Así consigue orden la madre o el cuidador (a través de ordenar al niño), y la cárcel aséptica y metódica para el niño.
Y claro que podrá jugar, sí, pero dentro de un cuidado excesivo por las normas, donde no rompa nada, no ensucie nada, no se lastime, y listo siempre para ser de utilidad. Él o ella no es la prioridad, sino todo el sistema, teniendo como epicentro a la madre. El niño sabe esto mejor que nadie en la familia, y su rol será de amortiguación para los desequilibrios sistémicos. El niño querrá ordenarse y/o sanarse para ordenar o sanar a su familia o sistema donde habite.
Y ocurrirá, que quizás un día, esta persona, ya crecida, se comporte de una manera espontánea no esperada, ni siquiera por ella. Y será entonces su entrada en la noche oscura del alma. Porque todos la señalarán como desconocida, y nadie entenderá nada de su comportamiento. En ese tiempo no estará para el servicio de los demás y eso a los demás no les gusta nada. En este espontáneo y aparente suceso que parece que llega del exterior, aparecerá la sensación de pérdida de norte, de control y de identidad.
La Luna en Virgo quisiera saberlo todo, pero no como la de Géminis, que quiere saber para acumular conocimientos por el hecho de acumularlos; no, la de Virgo quiere saber para que le sea de utilidad ese conocimiento a la hora de restablecer el orden y la salud, para huir del error y ser lo más predecible posible. Anticiparse a los problemas se le da verdaderamente bien.
La diferencia del Sol o Luna en Virgo, supone una gran diferencia. El orden para un Sol en Virgo lo describe, sin embargo para una Luna en Virgo es la manera de conseguir seguridad y afecto. Al Sol en Virgo le da igual si le quieren o no por su orden, él es ordenado “per se”.
Luna Natal en Libra
La madre (o como ya sabemos, aquellos que hagan de madre), para el niño o la niña con Luna en Libra, vivirá para los otros, pero no como la Luna en Virgo, a través del servicio o el cuidado, sino a través de la mirada. Mirada que, muy importante, habrá de ser refinada y deslumbrante en sensibilidad y gusto exquisito.
De esta manera será muy usual que el ambiente familiar siempre esté abierto a terceros. Visitas variadas, pero sobretodo de personas creativas o sensibles al arte, la moda o a la cultura. A la hora que sea, la puerta de casa estará abierta y los familiares serán siempre los segundos; prevalecerá el invitado, porque en una casa con Luna en Libra, el tercero se convierte en el primero, ya que es el puente, como digo, de unión entre la madre y el hijo.
Así el niño crece rodeado de intermediarios, y para existir él mismo deberá convertirse en ese puente.
Esta madre le dirá a todos lo guapo, lo inteligente, lo artista, o… que es su hijo. Y si tiene alguna habilidad como tocar el piano, recitar poesía, etc, le instará a que se exponga; por supuesto el niño accederá, en un intento de ser mirado por la madre, pero la madre mirará a sus invitados y los invitados mirarán a la madre, como si el niño no existiese o lo hiciera desde la mirada que recoge la madre.
El juego de miradas cruzadas se convierte en un laberinto de habilidades que deberán ir creciendo para deslumbrar. Pero pocas veces esta mirada o atención llegará de manera directa. El niño recoge esta triangulación y la hace suya, viviendo así el afecto y la seguridad; desde el agrado que el otro puede obtener a través de sus habilidades sociales, artísticas, culturales, etc.
Si este niño, por lo que sea, pierde las formas en un momento dado, la madre lo reprenderá. Aquí podemos entender como la espontaneidad expresiva, por muy artista que se este niño, quedará relegada, totalmente escondida. Igualmente sucederá con sus emociones, y su comportamiento afectivo deberá pasar, inicialmente por agradar al otro antes que priorizar sus propios instintos.
Si hemos comprendido el mecanismo de esta Luna, podemos llegar a comprender la soledad del que siempre quiere agradar y pocas veces se atreve a confrontar. Esta soledad será rellenada, cómo no, con la armonía de sus objetos, con sus lecturas, con sus vestimentas… Cayendo justamente en la trampa, alejándose de lo que sí habría que mirar; el olvido de sí mismo, que fraguó relaciones aderezadas con bonitos gestos, pero poca desnudez o intimidad real.
Viendo todo esto cabría preguntarse que, ¿dónde quedó el deseo propio? ¿A quién le pertenece el deseo de alguien con la Luna en Libra?
Para terminar decir que uno de sus grandes dones es poder crear ambientes donde el otro pueda apreciar la belleza de la vida y así conectar con su propia delicadeza y sensibilidad. Son grandes anfitriones y diplomáticos.
Luna Natal en Escorpio
El feto dentro del vientre materno va creciendo, tanto que el espacio ya no es suficiente. Lo que antes era todo confort, se empieza a volver peligroso, incómodo, totalmente inhabitable. A todo esto el cordón umbilical puede estar anudado al cuello justo antes de nacer. No hay mejor metáfora que sentir que aquello que me ayudó a crecer y a nutrirme ahora sea lo que me impida vivir. Esta sería la mejor imagen que definiría a esta Luna en Escorpio.
En los embarazos la madre suele perder a alguien de su entorno, incluso estar padeciendo algún tipo de trastorno depresivo o angustiante. También ha podido estar al cuidado de alguien enfermo…y más aún, puede estar deseando o viviendo su propia destrucción en algún sentido, ya sea figurado o literal. Esto queda recogido en la estructura emocional del feto. Por otro lado, los partos suelen ser difíciles, para ambos, madre e hijo.
El hijo entonces vive su vida con esa amenaza en ciernes, sobre las cosas que le nutren. Percibirá que no debe ser tan bueno sentirse bien, porque este es el inicio de algo que acabará en peligrosa tragedia.
Esta Luna no es nada sencilla porque está muy enterrada en el inconsciente. La madre va a querer a ese bebé pero a la vez va a intentar retenerlo, porque quizás lo desea tanto que no quiere dejarlo escapar. No quiere que crezca y se vaya. La madre no quiere algo en concreto de ese niño, quiere a ese niño en sí mismo.
En este nivel inconsciente, el niño identificará aquello que le da vida, con lo que le puede dar muerte.
Eugenio Carutti en su libro “Las lunas. Refugio de la memoria” nos pone un gran ejemplo para poder ver con claridad el mecanismo de esta Luna en Escorpio. Resulta que él cuando niño, tenía unos hámsters. Estos parieron. Y él no pudo llegar a tiempo para retirar a la madre de la camada. La madre en cautiverio se come a las crías. Cuando llegó pudo ver que, efectivamente, la madre se había comido a sus crías, menos a una que quedó rezagada en un rincón bajo el serrín. Tal es el asunto que cuando Eugenio rescató a este ratoncillo e intentaba darle leche, el animal no quería comer y temblaba de miedo. Simplemente por oler la leche de la madre que asociaba al miedo de perecer.
Las personas con esta Luna se esconden dentro de sí mismas por pura supervivencia, pero si logran abrirse quedan atrapadas en su propia intensidad, y si se cierran quedan inaccesibles.
Vivir sin conflictos será la aventura real para esta Luna, aunque para ella será lo más complejo de realizar, ya que su medio habitual es la peligrosidad, el riesgo, de una u otra manera. Creerán que todo esto es algo que les llega de fuera, y reconocerlo como propio no está al alcance de cualquiera. Hay que estar muy despiertos para alcanzar esa cuota de consciencia.
Poner límites es todo un reto, pero sería la forma más saludable de poder empezar a romper el molde de una estructura adictiva que es absorbente y tendente a la destrucción.
El don de esta Luna es la de posibilitar el crecimiento desde la abolición de lo que ya no es útil.
Luna Natal en Sagitario
El contexto donde se gesta esta Luna en Sagitario es realmente abierto, abundante y confiado. El niño se cría bajo preceptos de libertad, sabiduría y espontaneidad. Sus deseos, pocas veces son censurados, con lo que sentirá que todo está bien y en orden, y que unos ojos y manos externas le guían y protegen.
El niño se siente en expansión y le gusta ir más allá. Su seguridad proviene de esa confianza en esos ojos que lo cuidan. Miles de estímulos llegan a su vida y se da a ellos, como digo, en confianza plena, nada puede salir o estar mal.
Ya vamos viendo que se empieza a gestar un mecanismo idealizado sobre la realidad. Porque en esta infancia, donde es del todo seguro, hubo muchos desencuentros y frustraciones, siempre ganaba la batalla el -“todo está o estará bien, ya se encargarán de ello los demás, yo mientras voy a seguir explorando y fantaseando con ir más allá, si hubiera algún problema en el aquí lo dejo para ese o esa que me cuida y sabe cómo se hacen las cosas; yo solo quiero ir más allá, explorar-.
¿Dónde quedan los límites de esa exploración? Totalmente difusos en un imaginario de plenitud futura y puestos allí.
Este será entonces el impulso de los nacidos con la Luna en Sagitario. Distorsionar la realidad e idealizarla, bajo preceptos de expansión y apertura de posibilidades. El presente queda cegado.
Cuando esta luna empieza a madurar se enfrentará a una infancia que para nada era como en un principio creía y recodaba, y se dará de bruces con aquellos pasajes que efectivamente, le causaron dolor y trauma. En su idealización querrá solucionarlo mirando hacia adelante o a través de filosofías o técnicas que le costará integrar más allá de la comprensión.
Esta Luna se enganchará al idealismo y al positivismo como formas de protección, como maneras de asegurarse de que todo irá bien. Por eso es el eterno estudiante y viajero, porque es la manera de seguir activando ese mecanismo que, más de explotación se torno de huída.
Es muy común que estas personas se arrimen a otras más eruditas o resueltas, en las que puedan confiar. Porque será otra vez buscar a alguien que les busque la solución. Esto se debe a que se criaron rodeados de gente muy capaz, en un sentido u otro. Y esas gentes, lejos de limitarle, le animaban a ello, a esa exploración sin fin.
Pero los límites llegan desde otros puntos de la carta astral, y será la realidad quien se encargue de que estas personas tengan que revisar este mecanismo infantilizado, y será entonces cuando el verdadero viaje comience. El viaje de exploración de su realidad tal y como es, de su madre tal y como es, del mundo tal y como es…
Cuando veas o sientas que estás fugándote hacia otra cosa lejos del presente, estarás gatillando a tu Luna en busca de seguridad y confort. Si permaneces en el aquí y te haces cargo del ahora, estarás madurando.
Luna Natal en Capricornio
Si tu Luna está en Capricornio, es muy posible que el entorno donde naciste y te criaste fuera frío y un tanto austero, también duro y quizás con una disciplina férrea.
Puede ser que en tu casa no hubiera calefacción o que de alguna manera tú lo percibieras como un contexto parco, y bastante duro o limitante en relación a lo que había que hacer para ser querido; me refiero a que lo más esencial, como la higiene, el trabajo, las tareas escolares, y etc. Todo esto era la prioridad, no los abrazos, ni la atención hacia lo sensible y amoroso, hacia lo íntimo. Todo esto quedará relegado a un segundo plano, y solo aparecerá cuando todo lo demás está en orden.
El amor aquí será “obtenido” cuando el niño no moleste, no haga ruido y sepa estar solo. El niño deberá arreglárselas en la gestión de su propia emotividad. De esta forma empieza a gestarse el mecanismo de esta Luna en Capricornio. Buscando afecto y seguridad en la soledad y en la austeridad emocional, donde podrá, de manera fantasiosa, sentir que está cerca de mamá.
Esta madre estará muy preocupada por el niño, sí, y puede que lo quiera mucho, pero se trata de una madre más interesada en lo esencial tanto en necesidades básicas vitales.
A esta Luna le cuesta mucho pedir ayuda, pedir cualquier cosa. Sucede que no había a quién pedir nada. Los adultos estaban en otros menesteres. El niño se sentirá apartado, invisible en su afecto. También le costará a esta Luna el contacto físico que llegue de fuera, no tanto el que ella pueda demostrar. Es decir, es más sencillo para esta Luna tocar que ser tocada.
La imagen que puede describir esta a esta Luna es la de una ermita de piedra, húmeda y fría, con un catre y una pequeña mesa donde hay una jarra de agua y un mendrugo de pan. Así es el contexto íntimo de esta Luna. El sentimiento de aislamiento e invisibilidad se torna lo habitual. -Me voy dentro de mí y no quiero ver a nadie. Así logro estar con mamá. Así mamá me querrá, porque esto es lo que ella quería.
El deseo propio queda relegado, escondido bajo capas de necesidades básicas como buscar alimento, casa y poco más.
Otra de las características de esta Luna es que parecerá un “niño viejo”. Porque tuvo que aprender a sublimar sus características más juveniles. Un niño ríe, hace travesuras… y esto no está bien para el contexto de esta Luna. Sería reprobada, sería mal mirada. El niño aprende a no molestar, y a autoabastecerse.
Si este niño no hace lo pertinente (lo pertinente es aquí comportarse sin molestar) se le retirará el afecto. Y así hará con demás cuando no se haga lo que se debe hacer. Esta Luna se silenciará, no se vinculará, se irá…
La madre, padre o quien haga de contenedor de este niño o niña, hará todo esto para que la criatura sepa abrirse paso en la vida, se las avíe en este mundo tan duro y hostil. Lo que no se puede contemplar es la herida emocional que quedará, porque esto solo es algo secundario. No tiene mucho valor si antes no está lo primero.
La premisa es “serás amado si cumples con tu deber y te bastas a ti mismo”
Este niño crecerá sintiendo que no tiene derecho a ser querido, a desear intimidad, a expresar sus vacíos existenciales. Crecerá en este ambiente de restricción donde se le abandona, ya sea porque los padres tengan que trabajar mucho y fuera, ya sea porque se tuvo que hacer cargo de él alguien que no era muy afectivo… El caso será siempre que sus primeros años marcarán esta tónica, y el niño buscará entonces a alguien que él sienta que tarde o temprano lo abandonará, a alguien que trabaje mucho, a alguien que le cueste ser afectivo… y a alguien que le cueste tocar y ser íntimo…
Lo que será muy complejo para esta Luna, es registrar que este mecanismo es ella misma. Y si lograra dar ese paso, el paso de acercarse, el paso de pedir ayuda, el paso de decir lo que quiere, el paso de molestar en su expresión más íntima y personal… En este momento esta Luna podría empezar a madurar y a salir de ese laberinto lúgubre de aislamiento. De ser así, la Luz de esta luna sería un grandioso sostén nutricio y cálido, tanto para ella como para los demás. Pero para ello hay que abrir vanos y puertas a ese espacio austero y permitir que los deseos afloren y se oreen.
Cuando esta Luna crece puede estar sola, pero no ya como aislamiento sino como plenitud. Podrá ser tocada con ternura. Podrá sostener a los que más necesitan, pero no por un deber sino por un deseo de ser madre de todos, una madre cálida y empática, muy cercana hacia los más profundos deseos de con quien se relacione.
E. Carutti nos dice acerca de esta Luna: “Cuando ha perdido el miedo a la frustración y puede pedir, abrirse y jugar con libertad en el mundo de los afectos, es el momento en que aparece el talento de la Luna en Capricornio”.
Luna Natal en Acuario
Si tu Luna natal está en Acuario, encontrarás tu refugio en lo abierto, es decir, en la ausencia de refugio. Tenderás a ir, a renovarte, a cambiar, a no frenar.
Permanecer abierto supone no pertenecer a ningún ámbito concreto. Cuando algo empieza a estabilizarse, esta Luna halla una puerta para salir corriendo hacia otros contextos nuevos, donde hallará la sensación de seguridad familiar de cambio, creatividad, y de transformación constante en pos de un crecimiento, que muy contrariamente se puede tornar huida o rechazo de lo estático y verdaderamente nutritivo. Porque si bien es cierto que en el cambio y lo nuevo está el germen del crecimiento, esta Luna hará un uso de este mecanismo para disociarse y no sostener la intensidad emocional o íntima.
Desde ya podemos intuir cómo será el entorno de alguien que nace bajo esta energía acuariana lunar: mudanzas, viajes inesperados, idas y venidas de los padres, separación, divorcio, muerte de alguno de los padres, madre o padre ausente o con problemas de estabilidad emocional, crisis nerviosas, economía fluctuante, rarezas en los comportamientos, cambios constantes de colegios… La imprevisibilidad, lo que llega de sopetón, la renovación, la apertura, la intermitencia… Estos hijos serán hijos de mucha gente más allá de los padres o madres biológicos.
Imaginemos el crecimiento de una criatura en este contexto de cambio. ¿Cómo se configurará su seguridad y afecto? ¿Qué buscará entonces para sentirse como en casa? En el cambio y en la inestabilidad encontrará a su mamá.
En esta Luna, el abandono no se vivirá desde la soledad, como en Capricornio, sino que en ese ir y venir del afecto, lo que se perseguirá será la búsqueda de lo nuevo y diferente a lo que se tuvo como patrón nutricio. Así pues cuando algo tienda a la estabilidad, esta Luna se sentirá amenazada y deseará el cambio, pero no con ánimo de crecer, sino de huir a lo que precisa afianzarse. En lo nuevo está mamá y si me abro a lo nuevo mi mamá me querrá. De tal modo, abandonaré, me iré, cambiaré… buscando el afecto, precisamente huyendo de él.
El suministro continuo de afecto queda desterrado. El sujeto deberá adaptarse a estas interrupciones, y de esta manera en la interrupción hallará el confort, ya que este es su paradigma.
Toda Luna en aire acude a su raciocinio como excusa para no sentir, acogiéndose a una postura impersonal, donde todo lo que acontece, por muy extraño que parezca, le parecerá objetivo y natural. Pero la Luna en Acuario no le ocurre como a la de Géminis, ya que no necesita de explicaciones sino no vincularse emocionalmente de manera intensa. Necesitará entonces, esta Luna, una distancia considerable que le separe de los procesos altamente estimulantes a nivel afectivo. Ella dirá que es libre y que por eso no necesita tanta proximidad, pero en el fondo está huyendo de lo que le podría desbordar: hacerse cargo de la estabilidad y cercanía afectiva. Recordemos que nació y creció rodeada de cambio, de rupturas, de movimiento inesperado, de lo imprevisible, y ahí se gestó su mecanismo en búsqueda de su seguridad.
Es tan grande “el corte espasmódico” -E.Carutti-, al que ha sido sometida esta Luna, que la angustia de acceder al dolor para poder elaborarlo se hace casi intolerable. Así que no es de extrañar que esta Luna diga que lo vivido no le supuso ningún trauma, y que su primera dificultad sea la convicción de que ese vacío no existe.
El talento de esta Luna sería vivir la libertad desde un compromiso vincular afectivo, donde integrar la gran diversidad de la vida desde un temperamento creativo y revolucionario, sin entrar en juicios ni moralidades limitantes.
Luna Natal en Piscis
Piscis es un signo no verbal, está en otro rango de entendimiento e integración. Digamos que, al ser el último escalón, se prepara para el final y un nuevo comienzo. Este umbral tiene su sofisticación a la hora de poder entenderlo y articularlo cognitivamente.
La Luna en Piscis nos habla de la totalidad, de la fusión de todas la partes, de la cancelación de las defensas. Esta Luna se abre de manera absoluta y acoge a todos y a todo; no puede particularizar ni puede elegir o preferir.
Al no tener límites, esta Luna, entrará en conflicto con la organización de su propia psicología, ya que carece de bordes en los que autosostenerse y todo se torna mucho más que abierto sino infinito.
No hay refugio entonces para esta Luna, porque ella es en sí misma el propio refugio donde se verá abocada a acoger a todos los que necesitan algún cuidado o protección.
Si has nacido con la Luna en Piscis, no vas a poder evitar el abrir tus brazos y nutrir a todo aquel que precise sostén.
El niño que nace con esta Luna tendrá la sensación de ser madre de todos; madre del mundo, madre universal. Sin embargo, es posible que con su madre o aquellos que hayan hecho de madre, no tenga una vinculación afectiva corporeizada, pero sí una estrechísima conexión con el inconsciente de esta madre.
Es muy usual ver en esta Luna a niños y niñas que nacen en estirpes matriarcales, con figuras femeninas de mucho poder. Así: tías, abuelas, bisabuelas…. Serán figuras de máxima relevancia en sus vidas, convirtiéndose posteriormente, en la edad adulta en una de ellas.
Cortar el cordón umbilical para estas personas es una hazaña que ni contemplan.
Si tuviéramos que crear una imagen que definiera a esta Luna, deberíamos pensar en un feto flotando en el líquido amniótico, con todo disponible: nutientes y acogimiento cálido. Ahora, una vez echados al mundo, al cruel y complejo mundo, este niño se verá catapultado hacia un entorno donde las necesidades habrán de ser cubiertas para lograr ese estado intrauterino perfecto. De ahí que él o ella quieran que a nadie le falte de nada. Y en esta quimera se perderá, confundiéndose entre las necesidades ajenas y las propias, entre si debe o no debe inmiscuirse en la vida de los demás, u optar por una individuación para la que aún no está preparado, pero que ya intuye, que ya está en ciernes. Es este umbral donde se debatirá, tendiendo casi siempre a nutrir al otro, para así sentir que la madre que habita en el fondo de su ser, está haciendo lo correcto.
Podemos ir viendo como este mecanismo lunar va a fluctuar entre dos ámbitos en apariencia contradictorios. Por un lado su gran sensibilidad ante las necesidades ajenas, que las abordará de forma intuitiva y desinteresada, y por otro lado su ansia de lógica, en relación a la dicotomía entre si es o no es apropiado nutrir de una forma u otra. Este bombeo de intuición-lógica, será un componente disruptivo ante su propia totalidad, dando como resultado un caos al que también deberá abrirse e integrar. Es esta, una Luna muy compleja en su intimidad, precisamente por caer en el instinto o pulsión maternal que dificulta o potencia la autonomía y la individuación.
Esta Luna en Piscis dice: “protejamos al niño, del dolor y el sufrimiento”. Y para esto se negará a hablar de los verdaderos problemas y complejidades laberínticas del proceso de desarrollo personal. Huirá de la comunicación o expresión de sus interioridades, porque no quiere enturbiar el líquido amniótico de su mundo ideal. Huirá de la definición exacta y de las definiciones cerradas; para ella es mucho más natural abrirse a todas las posibilidades para no excluir a nadie ni a nada.
El talento de esta Luna es llegar a ser un ser diferenciado del resto, pero con la capacidad de la Madre universal, dadora y afectiva, que no rechaza ni excluye a nadie ni a nada.