ECLIPSE DE LUNA A 16º DE TAURO
–
La luz de la luna llena, transitando el signo de Tauro en el grado 16, se apagará durante unos minutos el día 8 de noviembre. La Tierra se interpondrá entre ella y el Sol.
–
El peso supersticioso de gran parte del simbolismo mágico está cayendo, pero aún así hay todavía demasiada inercia en la fuerza inconsciente que nos lleva a creer que somos marionetas del destino. Como si lo externo y lo interno estuvieran disociados. Como si la manzana que has desayunado no fuera la que te da energía para leer este texto.
–
Esto nos conviene, porque al victimizarnos podemos seguir indignados y así seguir culpando a lo de ahí fuera de nuestras desdichas, antes de indagar sobre nuestro propio aporte en aquello que acontece. El destino entonces se convierte en parte de la sombra o de aquello que consideramos que no somos.
–
El humano intuye que los eclipses anuncian el término de un ciclo y el inicio de otro. Este es correcto pero, ya sabemos lo intensos y complejos que son los nacimientos y las muertes. A los humanos no se nos da bien esto de tener que cambiar de paisaje y de forma; nos cuesta adaptarnos.
–
Tauro es un signo fijo y muy orgánico. Es uno de los signos que más siente el vértigo al cambio. No quiere moverse a no ser que haya una necesidad imperiosa que ponga en riesgo su supervivencia. Ahora, una vez que está clara la necesidad, el movimiento es hacia adelante y arremeterá con todo lo que se interponga.
–
En este eclipse la energía es muy poderosa y vital, y la vamos a sentir en todo nuestro cuerpo, sobre todo en la parte de la garganta, cuello, cervicales, mandíbula inferior, cuerdas vocales, tiroides, musculatura de hombros, trapecios… A esta energía física se le va a sumar el mundo emocional, que es la Luna, con lo cual vamos a tener que revisar cuáles emociones pueden estar intoxicándonos el cuerpo, porque ciertas pautas ya no son necesarias. Nos toca madurar y retirar otro velo lunar más, otra capa sistémica más, para seguir nuestro camino hacia el centro, hacia el núcleo.
–
RESUMEN:
1. Algunas emociones ya caducas, ancladas en el cuerpo, deberán desprenderse. Así, a mayor adhesión, mayor dolor en el desprendimiento, pero a su vez mayor liberación.
2. El cuerpo debe entrar en otro nivel de comprensión, donde eliminar lo tóxico se hace vital.
3. Hacer espacio a otras maneras de vivir las emociones en el cuerpo y registrar que lo incómodo solo es ocasional, entendiendo que los procesos conllevan un tiempo de adecuación.
4. Priorizar la dirección del cuerpo en su renovación orgánica. Sentirlo crecer.
Valoración y satisfacción de lo que somos ahora, tal y como somos ahora. Esto indicará un incremento de la abundancia en todos los sentidos, también económica.
–
MANTRA: mi cuerpo sabe lo que le conviene, solo tengo que seguir el placer que otorga hacer lo correcto para él, aunque eso nos duela.
–
Os abrazo.